Wochenende

Al mejor estilo García Márquez en Crónica de una Muerte Anunciada voy a empezar este post por el final. Hoy estuve toda la mañana aburridazo, sin nada que hacer y no me puse a escribir el resumen del fin de semana (Wochenende) por un solo motivo: que a la noche íbamos a ir a jugar Badmington y no quería dejar fuera del resumen tan único evento.
La cosa es que salimos en plena noche (19.30), bajo la lluvia y dos tranvías más tarde estábamos en el lugar de los deportes. Es una especie de edificio enorme, viejo y muy lindo, donde uno jamás se imaginaría que tras las puertas hay canchas de las más diversas cosas. El tema es que cuando llegamos a la puerta que nos tocaba nos encontramos con un montón de alemanas en shortcitos y raqueta en mano, esperando ansioso para jugar. Los muchachos había llegado por lo menos una hora antes para anotarse y ya no quedaba lugar... Toda una decepción.
La cosa es que nos quedamos boludeando un rato en el pasillo y Jing, un compañero chino que hace no sé qué arte marcial me preguntó si podía intentar tirarme. Yo, mansamente, acepté. La cosa es que efectivamente me tiró al piso. Le pido revancha, y tras resistirme a la primera maniobra sigue un forcejeo y de repente... una mano media impúdica en las zona trasera me hace dar cuenta que ese juego no es lo mio y me retiro. Suficiente deporte por hoy.

Pero bueno, ahora sí podemos ir al principio. He descubierto una Argentina este fin de semana! El viernes me presentaron a una taiwanesa, que tras averiguar que era argentino me dijo "Argentina" (con una seña extraña con las manos) y me contó que ella había nacido en Buenos Aires. Vivió sólo un año allá y, a decir verdad, lo único que tiene de argentina es el pasaporte. Pero le tiene cariño al país y estaba re entusiasmada. Así que cariñosamente le puse "Prima". Me pidió si le quería enseñar español y ella me podía enseñar chino. Yo le contraoferte: te enseño español y vos me hacés comida china. Trato hecho nunca deshecho aunque esté mal hecho.

Para seguir con la sintonía subcontinental el sábado a la noche fuimos con Mickael y Andrea a una "fiesta latina". Estuvo bueno, vendían un par de comidas media raras (de algún lugar de América Latina que no sería Argentina...) y la música, of course, también de la zona. El plato fuerte de la noche era un grupo de música integrado por una chica argentina, un par de chilenos y unos españoles. Estos últimos claramente hegemónicos, ya que toda la música sonaba bien gallega. Lo más emocionante fue estar rodeado de gente y entender a todo el mundo lo que hablaban! Ah... que alivio.

El domingo, por último, no podía ser menos. Hice mates y tortas fritas e invité a los amigos a probar. La mayoría prefirió ponerle azúcar y funcionó bastante bien. Respecto a las tortas fritas advertí que era la primera vez que las hacía, así que podían no comerlas si daban ocote. Pero se ve que el hambre fue más fuerte.
La nota de color de la mateada la dio Dana quien, evidentemente, no había terminado de entender de que se tratabn los mates. Me llamó al celular para avisarme que iba a llegar un poco más tarde, pero que no me preocupara porque traía un vino... jeje. (Ya sé que estás leyendo esto con el Google Translator, así que no te ofendas, es con humor, jeje).
Por otro lado, he de ocnfesar que tuvimos dos mates. El mío y el de Annie. Sí sí, la muchacha de Taiwán trajo su propio mate y hasta más yerba que yo... El primer día que la conocí me preguntó si había traído yerba, cosa que me dejó muy desorientado. Después agregó que le encantaba el mate... y ahí ya no entendía más nada! Pero claro, después todo cerraba: estuvo visitando a su novio en Argentina y ahí se enamoró del mate. Así que tenemos: caramelos vía Eslovaquia y mates vía Taiwán: qué sigue?



Volviendo al día de hoy pero por la mañana, como conté, no pasó mucho. Fui al súper y cociné. Estaba muy contento porque había encontrado una carne de chancho re barata! Algo así como 700 gramos de un pedazo de carne que se veía muy parecido a la bondiola de cerdo, por menos de dos euros! Para colmo cuando abro el paquete, fuaaa, un barandón fantástico a ahumado. Chocho,lo corté en pedazos, freezé y puse unos pedazos a cocinar. Estaba muy intrigado por saber qué era, así que me puse a buscar en internet. Ahí encontré recetas, pero no definición. Llamé por tel a Andrea a ver si sabía y, muy sabia, me remitió al diccionario. La cosa en cuestión eran dos palabras, si mal no recuerdo: Kasseler Necke. La primera no estaba, pero la segunda sí. Y se trataba de: cuello. De golpe me pregunté para qué carajo quería saber qué estaba por comer... En fin, superado el prejuicio he de reconocer que el cogote de chancho está muy bueno! (Y barato, por lo que me pondré a traducir las recetitas pronto, jeje)

Bueno, esas son las novedades hasta el día de hoy. Gracias por su lectura.
Saludos pa todos, Juan.

Pd. por cierto, mañana se cumple mi primer mes en Alemania. Así que espero actos conmemorativos en Argüello y alguna que otra plazoleta con mi busto!

Surtido

Los principales acontecimientos de los últimos días en formato de bolsillo.

Estudio
La semana pasada empezamos con las clases y ya esta semana tuve varias cositas. Ayer, entregar un ensayo y hoy, dar un oral. He de reconocer que me cagué bastante en las patas con este último asunto, ya que tuve poquito tiempo pa' preparlo y, por sobre todo, porque iba a ser la primera vez que hacía una exposición en inglés... El resultado? Mmm, ni bueno ni malo. Digamos que zafó para ser la primera vez.

Golosinas
El fin de semana último nos juntamos los compañeros de edificio a tomar y picar alguito en el depto de Andrea. La novedad allí era que estaba su novio de visita y que había traído algunas cosas para comer. Había manzanas (del árbol de su casa), algunas bebidas, unos dulces típicos de allá y caramelos. Fueron estos últimos los que me llamaron la atención. Por un lado decían "Halloween", pero viendo el envoltorio más detenidamente se veía la palabra "Espanto". Yo, súper emocionado, empiezo a decir que estaba en español, bla bla bla, nadie me dio mucha bola así que la corté. Peeeero, al rato, vuelvo a la carga sobre los caramelos, y tras ponerme a ver la letra chica encuentro: "Made in Argentina", ohhhh, emocionado empiezo a contarle a los demás y de repente.... "Arroyito - Córdoba" !!! Jeje, demasiado. De Córdoba a Eslovaquia, de Eslovaquia a Alemania, para caer en la boca de otro cordobés. Si eso no es globalización...

Guerra fría
Para aquellos que preguntan por mi vecino... Sigue siendo el mismo zopenco de siempre. Pero de a poco va irritándome cada vez más. En las extrañas ocasiones que me lo cruzo, la conversación no pasá de un "hola cómo va".
Lo que sí puedo contar es que le he descubierto un hobby: muy seguido escucho música en su cuarto y siempre acompañada por sus silbidos. Se pasa horas silbando el boludón.
El otro día mientras yo, pobre yo, limpiaba la cocina y el baño, se le ocurrió entrar, a lo que tras saludo le comenté que estaba limpiando "yo lo hago la semana que viene", dijo antes de encerrarse en su cueva... psss... veremos.
No recuerdo si conté ya o no que sus únicas pertenencias en la cocina son una ollita y una cuchara. Las mismas aparecen y desaparecen durante varios días. El asunto es que hace tres días aparecieron sucias, con letritas flotando (supongo que comió sopa de letras) en el lavadero. Tras dos días de inmutable permanencia decidí tomar medidas drásticas en represalia: anoche acabé el papel higiénico en el baño y decidí, muy enojado, no reponerlo hasta que él no lo haga. Si, lo sé, quizás sea un poco extremo, pero hay que tomar cartas en el asunto. El tema es que hoy, en todo el día, nunca apareció un nuevo rollo de papel higiénico y... como decirlo... necesitaba ir al baño. La cosa es que saqué uno de los mios, PERO no lo puse, así que de ahora en más voy a andar como un pelotudo llevando y trayendo el papel sólo para darle una lección al incivilizado de al lado.

Ja!
A ver quién adivina cómo se llama la marca económica del supermercado al frente de la residencia...

Compras, nazis y lluvia

Buenas noches (tardes) a todos mis queridos lectores. Espero que la espera hasta esta nueva actualización no se les haya hecho muy larga. He de confesar que ya esta semana empecé a tener actividades más normales de la facu, así que ya me van llenando de treas y cosas para hacer. Para colmo el jueves y viernes tuvimos unas jornadas, que si bien estuvieron interesantes, nos ocuparon todo el día. Y hoy sábado, en vez de dormir como se debe, estuvo bastante movidito.

El día emepzó a eso de las nueve, porque con Thomas habíamos quedado de ir de compras a Ikea. Para aquellos ajenos al mundo de las multinacionales, les cuento que es una especie de Easy, de origen sueco, donde venden de todo tipo de huevadas para el hogar. Se supone que ahí es el lugar más barato para comprar, por lo que, en principio, justificó la levantada temprano, el tranvía hasta el centro y el colectivito simpático que tarda unos 40 minutos en llegar hasta ahí.

Bueno, la cosa es que todavía me faltaban bastantes cosas para la casa, así que era necesario ir. Lo otro que me interesaba comprar eran las cosas para la cama. No, no, no es que sea tan hediondo de haber estado casi tres semanas sin ellas. El asunto es que las alquilé por el primer mes, pero, según cálculos que hemos hecho, termina siendo más convenientes comprarlas que seguir alquilándolas. Así que el asunto de mayor preocupación de la jornada era elegir eso. Rapidamente seleccionamos funda pa'l colchón, sábana y almohada. Pero estuvimos dos horas con el cubrecama. Por un lado, porque dedicamos una hora a tratar de descubrir si lo que nos vendían era un cubrecama y una almohada súper comprimidos en un envoltorio o, en cambio, simplemente era la funda del cubrecama y la almohada(acá venden una especie de cubrecamas blancos standars y aparte las fundas). El tema es que tras analizar los modelos exhibidos vimos que no presentaban evidencia alguna de poder ser abiertos. A lo que le sumamos que, TODOS los cubrecamas que se mostraban colgados estaban bien rellenitos. Añadiéndose por último que no entendíamos la descripción en alemán y que el nombre de los productos está en sueco. Concluímos fácilmente que se trataba de un cubrecama con una funda para almohada. Una vez aclarado eso nos dedicamos a ver doscientosmil modelos y por fin elegir alguno.

El viaje de vuelta fue un clavo, porque íbamos súper cargados de cosas, no nos daban las manos entre mochilas, bolsas, tendedero de ropa, tacho de basura, etc... Una vez llegados al centro (eran ya como la una y pico me parece), nos metimos con todo eso a la estación de trenes y aprovechamos para comer algo. Fuimos a un negocio que se llama Nordsee (adivinar qué tipo de comida preparan) y pedimos Fish and Chips (pescado frito con papas, también fritas). Estuvo muy bueno. Seguimos camino a casa, subiéndonos ahora, con toda la carga, al tranvía. El cual, no sé por qué, estaba lleno de gente borracha. Todos tenían por lo menos una botella de cerveza en la mano y más de uno llevaba dos. Por primera vez desde que estoy acá se escuchaba ruido de voces y conversaciones en el tranvía. Y sí, algún que otro eructo también.

La cosa es que nos teníamos que apurar para encontrarnos de nuevo en el centro con Mikael (Francia). El asunto es que hoy iba a haber una marcha de neo nazis en la ciudad y todos andaban medio revolucionados con eso. En oposición a esto, se había organizado una especie de contra marcha, que buscaría impedir que los nazis pudiera andar por la ciudad. El asunto sonaba cuanto menos curioso y entretenido, así que queríamos ir. Según decían había empezado al medio día, así que por eso el apuro.
Entre una cosa y la otra, subo al cuarto a dejar las cosas y Thomas me llama... Razón: su cubrecama no era cubrecama, sino funda. Resignado, y quizás ingenuamente ilusionado, voy a abrir el mío. Creo que no hace falta aclarar cual fue el resultado.

En fin, bronca de lado, nos fuimos pa'l asunto este. Después de tomar un par de tranvías y caminar un buen rato con la guía del francés, nos acercamos a la zona. Es fácil de darse cuenta porque empezamos a notar que hay policías por todas partes. Pero es demasiado tarde. Según nos chusmean algunos conocidos que vamos encontrando, los nazis se hicieron los vivos y la yuta no los deja marchar. Así que los mandan pa' sus casas a los anti-nazis. El tema es que mientras caminamos hacia el punto central, empiezan a apartecer hordas de personas vestidas de negro. Al principio no entendemos mucho, después nos cuentan que la extrema izquierda de Leipzig se viste de negro y no de rojo. La cosa es que ya nos empezamos a volver y vamos viendo la cantidad de policia que hay por todas partes. Patrulleros, camioncitos, canas. Cortan una calle, al rato salen corriendo para otro lado, dejan pasar, no dejan pasar, etc.





Nos tomamos un tranvía pa'l centro, y tras andar un ratito se para porque la policía estaba sobre las vías más adelante. Anuncian que se detendrán por tiempo indeterminado, así que todo el mundo se baja. El tiempo indeterminado no duró mucho, porque a los treinta segundos vemos pasar al tranvía con una viejita muy viva que fue la única que no se bajó. Y como no podía ser de otra manera... estaba lloviendo. El asunto es que con Thomas queremos ir hasta el centro a ver si encontramos la puta colcha, ya que con la funda sola no hacemos nada... Para eso tenemos que cruzar la Augustusplatz (que a esta altura supongo que ocnoceran). La cosa es que nos acercamos y de golpe aparecen uno atrás de otro una lluvia de caminocitos de la policía. Y desde el otro lado canas corriendo, tapando las antradas a la plaza. Muy simpáticamente (los canas son igual de imbéciles en cualquier parte del mundo) nos dicen que no podemos pasar. Así que tenemos que darle toda la vuelta a la plaza y, para colmo de males, la lluvia se larga cada vez peor...

Bueh, empapados damos la vuelta, nos despedimos del francés y nos vamos a ver la frazada. Fuimos a un negocio que sería... no sé... una especie de Falabella o algo así, pero súper cheto. Para colmo de males, tiene como 6 pisos (no sé por qué, pero todo me da la impresión de que es exageradamente grande en este lugar). La frazada más barata que tienen es bastante cara, así que decidimos esperar a ver un poco más. Nos encontramos con Andrea ahí mismo, que está con su novio que vino de visita. En qué vino desde Eslovaquia? En auto. Genial. La única condición es una pequeña parada en la estación de trenes. Pequeña... la cosa es que nos demoramos como mínimo una hora. Al menos pude aprovechar y comprarme una pava eléctrica, que me estaba haicendo mucha falta. Obvio que cuando me meto corriendo al negocio donde había visto una a buen precio... no quedaban más. En fin, me conformé con otra apenas tres euros más cara.

Por fin volvemos a casa. Comí en lo de Thomas y cocinamos un fantástico pollo al curry (inspirado en los consejos del guille). Bueh, tan fantástico no, porque he de reconocer que me zarpé con la sal. Pero para lo que había sido el día, creo que fue suficiente con que no se quemara.

Ahora ya estoy de vuelta en mi pieza sweet pieza. Arriba de la cama... la fundita de la colcha que aun no existe. En breve será un bollo en el rincón!

Ultimas Novedades

Como el post de hoy no se trata de nada en particular, sino más bien de algunos retazos sueltos de estos últimos días, no he tenido más opción que recurrir a tan desabrido título. Por otro lado, me acabo de car cuenta de lo difícil que va a ser no repetirlo cuando en el futuro vuelva a tener que escribir racontos de los últimos días... ay, que presión la del escritor.

Bueno, como suspicazmente dejé entrever en el último post, el día sábado tuvimos excursión innvitada por la facultad. Fuimos a la ciudad de Altemburg, una pequeña localidad que queda a unos 50 minutos en tren (fue el primer viaje en tren desde que estoy acá).

El día, para variar, estuvo horrible. Al principio fresquito y nublado, pero ya pasadas unas horas empezó una lluvia que no paró hasta que volvimos. En Altemburg no hay mucho pa joder la verdad, pero visitamos un castillo muy lindo y después fuimos al centro y la plaza de la ciudad que estaban muy bien. Dejo algunas fotitos.


Estación de trenes de Leipzig


Parte del Castillo


Por dentro


Iglesia del Castisho


Plaza, paraguas y sombrillas


Plaza

Bueno, la cosa es que habremos vuelto tipo seis y media, empapados, cansados y con sueño. A la noche era el partido de Argentina, así que mi plan era irme a hacer las ocmpras y quedarme a verlo en la computadora. Las compras las hice, lo segundo... mmm... Después de probar un buen rato con algunas páginas de internet que funcionaban de a momentos, se cortaban, volvían, se iban y así hasta que dejaban de funcionar, decidí, un pelín malhumorado, irme a dormir.

Ese domingo me desquité y dormí por todo el sueño atrasado que tenía, me habré despertado como a las 12 y pico. El tema es que al ratito nomás empieza a sonar mi celular (grrrr...), atiendo y veo que es mi Tandem (Johannes). Finjo lo mejor que puedo una voz radiante y fresca y acordamos de encontrarnos el lunes. Toda la conversación en español, por suerte!

La cosa es que ayer finalmente nos juntamos al medio día. Para hacerlo corto: vergonzoso! Johannes habla español PERFECTO. Creo que habremos estado una hora y media juntos más o menos, y durante todo ese tiempo sólo tuve que corregirle una palabra... Por otro lado yo... no di ni ocote! Con suerte si armé alguna oración entera sin errores... jeje, una vergüenza me daba... Pobre flaco, el embole que se debe haber comido, hablando con un lelo que con suerte podía decir lo básico. Y si ya por mi nivel de alemán el muchacho habrá sospechado de mis capacidades, sus hipotesis se habrán confirmado cuando, sentados pa tomar un café, yo, intentando tomar un vaso de agua, me tiro como la mitad encima!!! No, no, más boludo imposible!! En fin, la cosa es que promediando la reunión yo le digo que seguro que para él es re aburrido, que si se quiere buscar otro no me ofendo (papel de víctima...) pero él dice que todo bien. Así que bueno, para la próxima me pondré a ejercitar un poquito antes, a ver si no doy tanto asco. Hoy "por suerte" tengo mi clase de alemán para slowies, así que me sentiré menos mal. En el reino de los ciegos...

Leipzig ´89

Buenas a todos. Prometí que no volvía a escribir hasta que tuviera cosas interesantes para contar, y a día de hoy sí que las tengo.



Como muchos sabrán, este noviembre se cumplen 20 años de la caída del muro de Berlín. Pues bien, ayer, 9 de octubre, se celebró la conmemoración de los 20 años de la llamada "Friedliche Revolution", también conocida como la revolución pacífica. Fueron una serie de marchas que tuvieron lugar en Leipzig, en contra de la RDA (alemania oriental), y se destacaron por la gran cantidad de gente que conovcaron a pesar del miedo que suponía una expresión de esta manera contra el gobierno.

Durante varias semanas hubo actividades alusivas al tema por toda la ciudad, pero el punto cúlmine fue ayer, donde había convocada una reunión en la Augustusplatz (la plaza más grande de la ciudad) donde luego de un acto se marcharía por la ciudad.

Antes de eso, a la tarde, hubo una conferencia en la universidad, ofrecida por quién fue canciller de la alemania occidente para la época de la unificación. No me hacía mucha gracia ir pa no entender nada, pero por suerte una vez allí me encontré con que daban unos aparatitos para escuchar la traducción. Muy positivo. Lo negativo... que la chica que estaba dando los aparatitos hablaba un poco de español y había estado en Argentina y en Córdoba y.... uhhh.. me empezó a dar la lata dos horas... cosa que casi no tengo donde sentarme!

Bueh, una vez adentro, escuchar al viejo en cuestión fue súper interesante. El tipo contaba de sus conversaciones con Miterrand, con Gorvachov... o sea, te dabas cuenta de que había estado entre los guasos que deciden cómo va el mundo. Estuvo muy bueno. Por el otro lado, se pudo notar como sobredimensionan un poquito los eventos de la revolución pacífica. Además del canciller tenían a un sudafricano y un experto en América latina, y todo el tiempo les preguntaban de qué manera dichos sucesos habían influenciado en los respectivos subcontinentes... A lo que yo me pregunto que cuántos de mis lectores sabrían de dicha revolución...

Bueno, después el cuento siguió a la noche. Los tranvía cambiaban su recorrido a las 17.30, así que había que salir tempranito pa´l acto. En las inmediaciones de la plaza habían repartidas muchas persons con chalecos fluorescentes que repartían velas en vasos de plástico a los concurrentes. Las velas eran un símbolo fundamental del evento, ya que allá por 1989 las marchas eran de noche y con velas en la mano. Habáin también por la plaza diferentes puestitos, donde regalaban diarios sobre le tema, alguna información en inglés. En otra parte tenía como una mini exposicion dentro de un colectivo o regalaban postales alusivas.

La cosa es que la plaza se llenó (según pude chusmear los diarios decían que habrían sido 100.000 personas), invitaron a poner las velas en unas grandes mesas que formaban "Leipzig 89". Hubo un par de discursos pero bastante cortos y pocos. Tras temrinar con el asunto, la gente empezó a salir de la plaza para continuar con la marcha que pasaba por la ciudad y, según tengo entendido, iban hasta el edificio donde se encontraba la central de la Stasi (la policía del estado de la RDA). Acá ya cada uno pelaba la velita que había traído desde su casa, así que los que les mangeamos a los de chaleco con las manos vacías ya no teníamos nada para llevar. Nosotros caminamos un buen rato, pero abandonamos antes del final. Por el camino todo estaba especialmente preparado, luces, pantallas, escenarios, música, de todo.

En cuanto consiga que me pasen las fotos las subo, pasa que me reencontré medio tarde con la cámara. Tengo unos videos que intentaré poner si algún alma solidaria me explica cómo.

Bueno, temrinada la efeméride, puedo contar que el jueves y el viernes ya tuve las primeras clases y que ya tengo que empezar a leer... La semana que viene empiezo de lleno.

Mi vecinito, sin muchas novedades. El otro día me lo crucé en la cocina cuadno me estaba haciendo algo de comer, a lo que intercambniamos un hola, cómo va. Le pregunté si hablaba inglés, como para tirarle la lengua, a lo que me dijo "Yes, yes, no problem", siguió su camino y se fue.

Una suerte que no me preguntó si hablaba alemán... porque sigo medio para atrás con ese asunto. Si bien creo que de a poco voy cazando un poco más, va leeento, jeje. El otro día en la clase me hicieron buscar por intert un "Tandem", para los que como yo no sabían qué es eso, les cuento: es una persona que habla el idioma que vos querés aprender y estudia el tuyo. Entonces uno tiene encuentros como para charlar. Yo publiqué mi anuncio en una página y le escribí a un tipo que había publicado. Éste me respondió el mismo día y quedamos en juntarnos la semana que viene (Mamá: no te alteres, no es peligroso. Todo el mundo lo hace y no pasa nada grave). Al otro día me escribió una chica que había visto mi propaganda, así que bueh, tendré dos tandems. A ver si sirva pa´ algo... Ah, y hoy me escribió otro flaco, pero bueh, me parece que más que suficiente con dos.

Ah, agradezco a todos sus consejos de cocina y pa las compras, han sido muy bien recibidos. Por suerte todos los medio días estoy comiendo en el comedor universitario, que está muy bueno. Así que sólo me queda el clavo de cocinar a la noche.

Para aquellos preocupados por el desorden de mi cuarto, les comento que hace unos días lo limpié íntegro y ordené las valijas y demases. No mando fotos para no presumir nomás...

Y bueno, creo que con eso cubro todos los puntos de la agenda. Ah, hoy fuimos de excursión a Altemburg, que es una ciudad chiquita de por acá cerca. Pero bueh, eso ya es otra historia, esto se hizo muy largo.

Un abrazo pa todos y gracias por la compañía.

Llueve sobre mojado

El título es sumamente literal. En esta ciudad no hace más que llover. Desde que llegué hasta hoy (que se cumple exactamente una semana, felicidades a mi) creo que he tenido un solo día sin lluvia. El Sol cotiza caro por estos lugares se ve, ya que puedo decir que lo he visto un solo dia en toda la semana. La mañana del domingo, cómo olvidarlo! Me desperté con un sol radiante, salimos a dar una vuelta al centro de la ciudad y de bien que estábamos comprando unas cosas para comer en la plaza principal, zas! Lluvia. Fue la última vez que hubo Sol. Tampoco vamos a dramatizar, no es que llueva todo el tiempo, pero cuando no llueve hay nubes. Así que bueno, mejor ir acostumbrándose.

La cosa es que ahora estaba lloviendo, yo ya volví a casa después de un día larguito (dicho sea de paso, en mi clase de alemán hicieron una subdivisión entre burros y burrísimos, quedé entre los primeros así que tuve la "suerte" de ver un tema de avanzada: la hora...). Mientras esperaba el tranvía estaba ansioso por llegar, pero ahora que hace una hora que estoy acá encerrado ya me aburrí, así que me metí a escribir. La verdad que no hay muchas novedades, no fue un día así muuuuy interesante, pero veremos qué podemos hacer...

Por lo pronto, y para aquellos que leyeron la última entrega, he de confesar que sin querer me estoy tomando venganza del sujeto de al lado. Ayer fui al super (ah, por cierto, se agradecerán ideas de cosas para comprar que sirvan de cena práctica, rápida y nutritiva... no sabía que joraca comprar en el súper) y se me ocurrió comprar un queso Camembert (aquellos de paladar delicado sabrán de lo que hablo). El tema es que el simpático quesito tiene el olor más asqueroso que le he sentido a algo comestible en mi vida. Ya cuando iba cruzando la calle nomás con las cosas en la bolsa, empecé a sentir un olor a pata sumamente penetrante. Cuando llegué a casa me quise asegurar de que estuviera bueno todavía, y así es, le quedan diez días para el vencimiento, bueno, nueve ahora. La cosa es que inocentemente lo metí en la heladera. Y cuando la volví a abrir.... Puaj! Estoy tratando de comerlo lo más rápido que puedo, porque la verdad que da asco el barandón ese.

El otro fiasco que compré en el super los otros días fueron unos pepinos en salmuera (si alguien tiene un nombre mejor o más preciso para describirlos, se los agradecería). No, no son los del sánguche riquísimo que describí en otro momento. Como los primeros me gustaron tanto me quise comprar un frasco más grande, así que cambié de marca... Y resultaron muy feos pa´mi gusto. Como eran muchos y estaban a penas empezados opté por darles un uso para no tirarlos: ahora vengo de regalárselos a mi amigo Thomas como agradecimiento por haberme activado mi celular (Gracias!).

Sí, sí, ya soy una persona con celular. Hace una semana que lo compré, pero recién hoy lo activamos y mañana empieza a andar. Así que espero mensajitos de texto, eh...


Bueno, dejo de abusar de su atención y prometo no escribir hasta que pase algo interesante.
Si la tecnología me acompaña les dejo algunas fotos del lugar donde vivo. Por cierto, son las únicas que he sacado desde que estoy acá, ya que Andrea se empecina en sacar fotos cada cinco minutos, así que me ahorra todo el trabajo.


Puerta de entrada


Cocina (Justo a la derecha, en el pedacito de madera que se alcanza a ver, está la puerta de mi vecino)


Ñoba


Las valijas siguen en el pico, peor ya desempaqué.


Por eso mismo, ahora está más lleno.


Atelier de creación de este fantástico blog (Nada que ver con Ateliers SA, por favor)






Bueno, ahora sí me despido. Me acaban de llamar para comer a lo de mi amiga Dana (EEUU). No entendí muy bien qué había, pero hace un rato la vi muy feliz porque había encontrado no sé qué ingredientes.

Cariños para todos.

PD: SOS GUILLE, no pude poner las fotos sin link.

Mi mejor amigo

Creo que en el post anterior comenté que vivo en una residencia. Hay varias, propiedad de la universidad. Uno alquila una habitación (en la gran mayoría de los casos individual) y después si tiene suerte le puede tocar una cocinita y un baño individual o, lo que es más común, compartidos con alguien.

Si bien mi intención inicial era pertenecer al primer grupo, el destino y el viejo que administra la residencia me metieron de prepo en el segundo. Desde ese momento se convirtió en EL misterio saber quién sería mi compañero de departamento. "Ojalá que sea ordenado y limpio", "¿Qué será mejor, que hable alemán u otro idioma?", etc, etc, etc.

La cosa es que -como para aquellos que ya leyeron la primera entrega es obvia- cuando llegué.... la habitación de al lado estaba aun deshabitada. Así que cuando mis amistades contaban de sus piolísimos vecinos de lugares como Irán, China o Noruega, a mi no me quedaba más remedio que imaginarme al mío. Según contaban todos eran simpáticos, así que eso me dio un poco de tranquilidad.... Ingenuo.

Pasó la primera noche, pasó la segunda.... Durante mi tercer día en Leipzig sali por la mañana no recuerdo bien a qué (aunque supongo que habrá sido a hacer compras, pa variar....) y cuando entraba, junto con mi amigo de Colombia, Thomas (sí, sí, con H, ya que su padre es británico), noto que la puerta está abierta. "Uhh... llegó mi roommate" (N. del T.: Compañero de cuarto). Entro, veo la puerta de su habitación entreabierta  y haciendome el cosmopolita largo un "Hallo, Hello", a ver si no sabía alemán al menos me respondía en inglés..... La respuesta.... Nada. Silencio. Ok, pasamos pa´ dentro, Thomas se asoma a la entrada de su puerta y ante dicha situación logramos sacarle un "Hallo". El muchacho no habla más nada. Thomas se lleva lo que venía a buscar, yo me voy a abrirle la puerta y cuando vuelvo... mi querido vecino ya se había encerrado en su cuarto.  Yo, simpáticamente, me dispongo a hacer un poco de ruido en la cocina, como para que sepa que estoy adentro, a ver si sale y nos preentamos como se debe.... no answer.

El asunto es que mi vecino, cuyo nombre y rostro no conocía, debe ser un hermitaño o algo así. Espero no estar siendo paranóico, pero estoy convencido de que esperaba a que me metiera en mi habitación para salir de la de él y, como un rayo, ir hasta la cocina o el baño, volver, y encerrarse con llave. Durante los días siguientes sólo supe de él porque lo escuchaba estornudar o tirar la cadena.

Las cosas siguieron así dos o tres días... El asunto es que ayer, cuando Thomas, Annie (Taiwan) y Andrea (Eslovaquia) vinieron a mi cuarto a buscar unas bolsas, no sé de cómo el ogro de al lado se descuidó y... Salió!!! A tomar un vaso de agua. Ante tremendo milagro todos nos avalanzamos contra la puerta de la cocina al grito de "Hallo", a lo que no hubo respuesta. Tras insistir respondió "Hallo", y los chicos, que hablan bien alemán, empezaron a bombardearlo a preguntas. No sé si será su naturaleza o se asustó de tantas caras inquisidoras, pero el tipo, a medida que iba respondiendo parcamente, daba pacitos hacia atras, volviéndose a meter en su cueva. Cuando ya estaba adentro y con la puerta en la mano yo me estiré y me presenté como su vecino. Apretón de manos, saludo y au revoir. Eso fue todo. Según me tradujeron mis amigos es austriaco y estudia veterinaria. El nombre? No nos acordamos.

Ahora son casi las doce. Tipo once volví de tomar una cerveza y la invito a pasar a Annie a comer una exquisita creación culinaria (pan integral con camembert y pepinos en salmuera). A la pasada noté que la luz del baño estaba encendida, pero no se sentía movimiento. La cosa es que nos pusimos a hacer y comer tal delicia. Al parecer nos demoramos bastante, porque de golpe sentimos la llave del austríaco... caras tensas... nerviosismo... Y aparece el sujeto en calzoncillos (o un short de pijama, no sé...) y cepillo de dientes en mano. "Hi" dice, "Hallo", respondemos. Me imagino la gracia que le habrá hecho.... Que se joda!


Así que bueno, este es el piolazón que me ha tocado de compañero. Veremos qué más le podemos sacar. Por lo pronto descarto la ilusa idea de que podríamos comprar algunas cosas para la casa a medias. Ah, eso sí, no se acompleja de usarme los cubiertos!

Saludos desde Leipzig,
Juan,

Desde Leipzig

Bueno, reconozco que me he demorado bastante en escribir por primera vez, así que les pido por favor a todos mis fieles seguidores que no se ofendan. Recién hoy he podido conseguir el cable que me faltaba para tener internet, así que bueno, me dispongo a contar alguito...

Lllegué acá el martes a la noche, pero parece que hiciera un mes más o menos... así que ya tengo los recuerdos medios borrosos, jeje, pero bueno, intentaremos hacer una reconstrucción de los hechos.

Del viaje no hay mucho qué decir... sólo que me cagué bastante en las patas por las turbulencias (para colmo en el peor momento la pantallita del avión mostraba que estabamos pasando por la zona donde desapareció el avioncito de air france....mmmm...), fui sentado al lado de una pareja de una argentina (la típica caza-pasaportes) y un alemán, que no me dieron ni la hora en todo el viaje. Así que fue aburridísimo, no tenía con quien hablar así que me dediqué a dormir lo más que pude.

Una vez en en Frakfurt cambié al avión pa´ Leipzig sin problemas. El vuelo fue cortito. En el aeropuerto (que es bastante chico, por cierto) estuve vagando un buen rato hasta que pude encontrar donde quedaba el tren que me llevaría al centro de la ciudad. De inmediato me di cuenta del poco alemán que sé. Hice el ridículo un poco mezclando alemán, inglés y señas, pero por suerte conseguí el ticket y pude tomar el tren (tras confirmarlo con el conductor "Leipzig?" -señalando el tren- "Ja, Leipzig".  Fue medio dificil subir con las valijas y la mochila que estaba que explotaba, pero un par de señoras se portaron y me ayudaron.

A los diez minutos ya estaba en la estación de trenes. En ese momento no pude verla mucho, pero tras haber ido muchas veces ya, puedo contar que es un verdadero shopping. Tiene tres pisos y un montón de negocios: de comida, de ropa, electrónica... todas buenas marcas para colmo. Y, por supuesto, tiene un montón de andenes. La cosa es que ahí me esperaba un chico de la Universidad que me dio unos papeles de bienvenida, las llaves de mi habitación y me acompañó a tomar un taxi. A todo esto, para contextualizar, hayq ue aclarar que ya a las 19.30 era de noche y llovía con ganas.

El señor taxista me dejó en la puerta y tras luchar con las valijas, la lluvia, la oscuridad y las llaves pude entrar. Pude encontrar mi habitación sin mucho problema por suerte. No veía la hora de conocer a mi compañero de depto pero.... no había nadie todavía, yo era el primero en llegar.

Esa primera noche fue horrible. Había quedado de encontrarme con dos compañeros (brasilera y coombiano) a las 21.30, por lo que tenía que hacer tiempo como dos horas. Pasado el rato bajé, pero no los encontré, así que me volví a la habitación. Imaginense que no tenía mucho para hacer ahí y para colmo me dio una sed barbara. No me animaba a tomar de la canilla así que me emponche con la campera y salí bajo la lluvia a ver si encontraba algo. Obviamente que no haía nada. Pero en el camino me creuce con una cabina telefónica, lo que me alegró, podría llamar y decir que todo estaba bien. Tras veinte minutos de intentar y no poder y pelear con la estúpida que me atendió del servicio técnico de la tarjeta me rendí y me fui unas cuadras mas lejos a ver si encontraba algún negocio. Nada por aquí, nada por allá, volví. En el camino volví a intentar con el teléfono. Nada por aquí, nada por allá. Totalmente vencido me fui a dormir. Al otro dia había quedado de encontrarme a las doce con los mismos chicos, así que me dispuse a poner mi despertador que... nada por aquí, nada por allá.... se negó a funcionar.

Con la parenoia de no quedarme dormido me desperté todo el tiempo durante la noche, hasta que a las siete y media ya no me pude volver a dormir y me levanté. Seguía con sed y seguía sin nada que tomar, así que decidí ir caminando al centro a desayunar. En quince minutos llegué, lo que estuvo bastante bien y di unas vueltas. La ciudad es realmente lindísima y el centro especialmente. Tras turistear un poco desayuné algo, caminé otro poco, me perdí otro poco y bueh, emprendí retorno. A la vuelta me detuve, again, en la cabina de teléfono y esta vez un atención-al-cliente menos inútil me supo explicar el problema y me pude ocmunicar por tel. Por fin una!

Al ratito, tras un par de nuevos desencuentro, me pude encontrar con mis compañeros. Sumado  a los primeros dos, también estaban una eslovaca, una yanqui y una taiwanesa, que viven en la misma residencia que nosotros. Encontrarlos fue sin duda lo mejor que me pasó! Jeje. Ya sabían a qué lugares había que ir, cómo se llegaba, cómo comprar los pajaes del tranvía, etc, etc, etc. Así que ni bien los encontré me llevaron de shopping. Por cierto, me compré un celular. Para ser fiel ami mismo quise ocmprarme el Nokia mas barato y choto que había, pero tras entender que no convenía (por asuntos de empresas) me compré uno samsung chotazo.

Y bueno, esto ya se hizo larguísimo. Resuimiendo, los días fueron pasando y de a poco uno le va agarrando la mano a las cosas. Al alemán, todavía no, para nada! Cuando escucho hablar a los alemanes les estiendo palabras sueltas.... Mis amigos casi todos hablan alemán y muy bien, así que es una gran ayuda para mi. Siempre los estoy jodiendo con algo. Pero además me ayudan a practicar y me corrigen. Así que supongo que de a poco le iré agarrando la mano. El otro día hicimos el examen de nivelación y.... estoy en el grupo de los "lentitos".... jeje, así que bueh, paso a paso.

Bueno, me voy despidiendo por ahora. Les mando cariños a todos y espero que estén muy bien. Saludos y hasta pronto!