Balance

Ya terminé las clases, pasó el mundial, fuimos a y volvimos de los Balcanes. Ya se fueron muchos, ya quedan pocos. Ya armé las valijas, cambié las monedas, compré chocolates. Desde el viernes que estar en Leipzig es una cuenta regresiva para volverme, lo que hace a la ciudad un tanto lúgubre y deprimente. Vacía, sin gente, sin rutina. Las horas se pasan lentas y se ocupan con las últimas actividades de la lista de "pendientes".
Esta noche, o mejor dicho, mañana por la madrugada me voy para el aeropuerto. Se acabó un año súper lindo y lleno de cosas. Ahora, la alegría de volver al hogar, la tristeza del hundimiento de Leipzig y las expectativas por lo que seguirá.
Queda este maravilloso blog en estado de hibernación hasta que la ida a Viena lo haga despertar o sucesos extraordinarios lo vuelvan necesario. Gracias a todos por la compañía. A los de allá, a los de acá. Cariños pa' todos y hasta dentro de unas (cuantas) horas.