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A decir verdad, y perdón por arruinar la sorpresa, hoy tocaba el Post dedicado al viaje a Praga. Pero por razones de fuerza mayor he decidido aplazar el mismo por unos días y escribir este otro que será de contenido mucho más breve seguramente, pero está cargado de importantísimas novedades.
Todo empezó ayer, a la vuelta del mencionado viaje. Como no podía ser de otra manera cuando estuve de regreso en mi departamento lo primero que hice fue ir al baño. Y como buen odiador de mi vecino me puse a examinar qué tan sucio estaba. No se notaba particularmente antihigiénico la verdad, pero sí estaba totalmente vacío (sin su vaso y cepillo de dientes, digamos). Hacía unos días lo había visto sacando dos bolsas llenas de porquerías de su habitación y luego ya no estaban su par de pertenencias en el baño. Me ilusioné con que se había ido! Pero ayer, unas horas más tarde, mientras estaba en mi pieza siento que abren la puerta y voces en alemán... Lo primero que pienso "bueh, por fin hizo algún amigo".
Anoche vuelvo a casa y me encuentro con un plato, cubiertos y una tablita en la mesa, más un toallón en el baño. Y hoy a la mañana, cuando salgo, había mágicamente una tostadora y una cafetera en la cocina, más un estuche con cosas de limpieza en el baño. Dos hipótesis: o tenía un nuevo compañero o el austríaco se había chiflado y había decidido comportarse como un room mate normal. Me fui pa' la facu y me quedé pensando en qué pasaría... Seguí maquinando e intentando atar cabos, ayer encontré la puerta sin llave dos veces (cuando Patrick era un maniático de las cerraduras), pero por el otro lado su toalla de las manos estaba aun en el baño y, claro, no podía irse sin decir ni chau! o el nuevo no podría haber venido sin decir hola...
Pero bueh, la cosa es que hoy al medio día Thomas me invita a comer a la casa y cuando vuelvo, mmm... ruidos en la cocina. La puerta sin cerradura y la hora de la verdad... (suspenso)... Un desconocido en mi cocina! Apretón de manos y presentación de rigor y nos quedamos charlando un buen rato. Mucho más de lo que hablé en estos dos meses con el austríaco. El sujeto en cuestión se llama Thomas, es alemán y estudia y trabaja. Unos meses estudia en Magdeburg (si mal no entendí) algo relativo a electromecánica (no pedir más precisiones, sivuplé) y otros meses trabaja acá. Así que lo tendré de compañero hasta marzo según parece.
Así que bueno, no se ofenda Praga, pero las urgencias que impone la realidad me obligan a romper con la cronología. Por lo pronto, un melancólico festejo de despedida de Patrick. Ya habrá tiempo de analizar los pros y contras del nuevo compañero, pero bueh... peor no puede ser (no?!...)

3 comentarios:

PATRICIA dijo...

Qué buena noticia!Me alegra un montón.
Y cuando estés más descansado...Praga! Praga! Praga!

Natiss dijo...

siempre puede haber cosas peores..... jajaj

abuela mami dijo...

Juany
estas mas delgado y muy parecido a nuestro "che" con esa boina.te quieo y extraño pero soy feliz con tu nueva vida.Beso sy abrazos.La Mami